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¿Sabías que?

La manera más sencilla de introducir la algarroba en nuestra dieta es en forma de harina, ya que se puede usar para mezclar con nuestra leche habitual sustituyendo al cacao industrial. Con este cambio estaremos eliminando las grasas saturadas, reduciendo considerablemente el aporte calórico así como la cantidad de azúcares e introduciendo todos los nutrientes antes mencionados.

Encontrar alternativas saludables al azúcar se ha convertido en una prioridad para las empresas que buscan otro tipo de alimentación basada en el cuidado natural de nuestra salud. Estas alternativas hay que buscarlas directamente en la naturaleza, y nada mejor que hacerlo en el entorno que nos rodea.

Si nos fijamos en los recursos propios de Ibiza encontramos que el alimento perfecto para eliminar el azúcar añadido es la algarroba, fruto del algarrobo, árbol cultivado en las regiones mediterráneas cálidas de suelos calcáreos y pedregosos cercanos al mar que abunda en nuestra isla.

Esta leguminosa contiene azúcares naturales con sustancias edulcorantes como el pinitol, que proporciona dulzor sin afectar a los niveles de azúcar en sangre. Además, a diferencia del azúcar blanco, que proporciona calorías vacías ya que no tiene ningún nutriente, la algarroba aporta una gran cantidad de minerales como calcio, magnesio, potasio, hierro y zinc entre otros, buenas proporciones de vitaminas del grupo B en especial de ácido fólico, abundantes antioxidantes y mucílagos, que es un tipo de fibra soluble que protege las mucosas del estómago y regula el tránsito intestinal.

La plantación del algarrobo tiene importante papel en la preservación de nuestro entorno. Se trata de un árbol mediterráneo resistente a la sequía y ayuda a la preservación del ecosistema, ya que es capaz de enriquecer y fijar el suelo y reducir la erosión del mismo.

El árbol es además un cultivo muy eficiente en el uso del agua. Por ello, se considera el cultivo del algarrobo una especie con un gran interés medioambiental, que contribuye a mitigar el cambio climático y a incrementar la sostenibilidad.

Aparte de los numerosos beneficios medioambientales, fomentar la plantación del algarrobo favorece la salud de la sociedad, ya que la algarroba es saludable para el organismo humano (actúa como antioxidante y controla la producción de radicales libres); y no contiene teobromina ni gluten, por lo que es un producto vegetal, apto para personas veganas, celíacas y con otras intolerancias alimentarias.